Ante esta realidad, hemos tenido dos retos claves. El primero de ellos es que contamos con transferencias de recursos hacia departamentos y municipios que son muy inflexibles. Hoy en día, por el diseño que tenemos, territorios que requieren atender, por ejemplo, a una población de tercera edad mayoritaria, no pueden hacerlo porque se ha focalizado el gasto en infancia. Si bien este sector poblacional es fundamental para nuestro país, las realidades territoriales son muy diversas y es importante que se cuente con herramientas que se acoplen.
- Por ello propongo una revisión al Sistema General de Participaciones, que tenemos pendiente hacer hace años.
En segundo lugar, en Colombia tenemos un modelo de desarrollo que ha llevado a una alta concentración del poder económico y político. Aspectos como el trabajo formal, las universidades, entre otros, están focalizados en algunos territorios, es urgente descentralizar las oportunidades. Por ello propongo:
- Promover una Ley de descentralización de oportunidades de desarrollo económico, que someta el gasto a criterios de equidad.
- Lograr que los 11 departamentos que actualmente no cuentan con senadores logren la debida representación que el país les debe y que logrará contribuir al cierre de brechas.
Se requiere una apuesta decidida por el desarrollo de las regiones, de equidad territorial ya que la centralización política conlleva desigualdad económica. Las regiones liderar propuestas de desarrollo, definir prioridades y la forma de potenciar las respectivas economías, como conocedores que son de sus realidades. Esto invitará al regreso a los territorios.
Lo anterior aplica también a la salud: es preciso un enfoque territorial. No obstante los avances en cobertura, es necesario garantizar equidad y eficiencia; nadie desconoce que alguien en la Guajira tiene menores probabilidades de recibir atención adecuada en su departamento, que quien se encuentre en Bogotá, y eso tiene que cambiar, y será posible si se facilitan la asociatividad territorial y la flexibilidad en las transferencias, y se erradica la corrupción. Hay tareas que los municipios pueden hacer mejor juntos, para potenciar el uso de sus recursos.
Es necesario pasar a un modelo basado en la producción de bienes y servicios, más amigables con el medio ambiente, para dejar gradualmente el foco en hidrocarburos y minería.